Para mi niña amada que solo nació en sueños, sueños que
solo existían cuando ambas cerrábamos los ojos, juntas.
Te quisimos tanto
que a veces pienso que exististe,
Que te tuvimos
entre los brazos y nos miramos orgullosas
mientras se te
cerraban las manitos abrazando la suya.
Te quisimos
tanto… y ahora dueles tanto,
dueles ahora,
que te perdimos.
Y te he
llorado, te he llorado noches completas,
Noches en las
que el aire entra a los pulmones entre quejidos que pertenecen al alma.
Hermosa,
hubieses sido hermosa.
Hubieses tenido
sus ojos,
Sus manos de
Diosa,
Sus preguntas
al miedo…
Hubieses tenido
sus ojos,
Sus piernas
largas,
Sus mentiras al
viento…
Isabella, el
nombre que escogimos darle a nuestro amor,
y no supimos cuidar.
Descansa entre
recuerdos, amada nuestra.
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